jueves, 11 de septiembre de 2014

C

Ya,
yo también hago como que tú no, ¿que tú quién? Ah, la de entonces.
En realidad no es difícil (los años hacen costumbre). 
Sólo que no eres la de entonces.

Otras veces me dejo pensarte
en el tacto a nuevo de todos nuestros besos,
y te pienso dedos de uñas rojas y cuerpo de
es que nunca he visto un cuerpo tan como el tuyo, tan.
Mira, no sé cómo se dice.
Dame un adjetivo que te celebre absolutamente.

Éstas cosas, ¿ves? Tú la promesa de callarte y yo
seré ridícula
pidiéndote la palabra para decirte.

Sigo sintiéndote mal
pensándote el color del pintalabios
recordándote el olor que ya no usas
queriéndote así, ya te lo sabes, exactamente lo insuficiente.

domingo, 27 de julio de 2014

Vuelve

(disimulemos que es un intento de orden despojemos de drama a las voces)
Oyetúparaya y mírame
¿ves? estoy
casi casi
atreviéndome:

Olvídate de perdonarte
límpiate el caos desenrosca el miedo y vuelve
con tu aspecto de dandy a contarme historias de gamberros,
sé cursi,
deja que te bese los tatuajes.
Venme emocionado porque soy preciosa y por fin
¿quieres?
decírmelo.

Prolonga la tregua, pacta con la luz que te ha hecho brote
desintoxícate
de la mierda esa del fracaso haz de mí tu metadona fúmame en papel de arroz, si quieres y deja
de jugarnos la ruina desechando este posible,
nótame importándote
deshazme de los otros elígeme.

No se dice elígeme. Pero vuelve,
con tu bicicleta rota y la boca llena de limones a recordarme
que apenas tenemos una historia,
a lloverme de a pocos,
a buscar formas de nube.

Estírate como un gato hasta alargar nuestro amor breve.

domingo, 20 de julio de 2014

bienvenida

Toda la belleza que he sabido prepararte
es este desorden.
La sartén con barcos de clara de huevo
la colcha de cuadros desbaratando
secuencias cromáticas
hecha un nudo a los pies de una cama
con olores,
para que les respires.
Yo dormiré en el sofá, compartamos toalla.
Las esquinas deshaciéndose en las tapas de los libros
mi peinado de siesta
los ceniceros hasta los topes las huellas en los cristales.
La belleza de la mugre, ya ves, minúscula la revancha.
No satisfacerte es tan fácil.
Ni siquiera es grave esta suavidad con la que serme a tu margen
arriesgando tejidos a 60º, no, no hay suavizante,
mientras digo bienvenida,
-encuentras pronto excusa para la visita breve-
a esta casa que por fin no ha sido nuestra.

domingo, 29 de junio de 2014

Cuando me falta suelo te busco el nombre

Vengo diez años después de imaginarte. Diez años es mucho tiempo para ensanchar-olvidar-rehacer-deshechar los amores platónicos: yo te había construido casa y aficiones, respuestas escritas a mi coqueteo ensayado, tú y yo habíamos compartido una playa, mucho sexo y comida casera. Allí, en la imaginación, en el aire.

Te llego tangible con el maletero a reventar de un futuro que no existe. Me dejas llegarte, nos gusta, nos sorprende, me haces agua, te hago grande, nos descubrimos nuevos: tú no eres mi mito adolescente, yo no soy la niña que descartaste. Tus vinilos, tus cosquillas suaves, tu cuerpo como una cueva templada y los balcones que me asoman a una ciudad donde nadie, apenas tú, me conoce.

Cantamos en tu coche y me parece que no necesito más. Pero hay más: tu mano en mi pierna, la mía hecha círculos sobre tu nuca, el perfil desigual de tu barba recortado contra un cristal que recorre paisajes a donde queramos. Porque podíamos haber sido eso: lo que queríamos, en vez de estar siendo aquí, con aquís diferentes, lo que no pude. No supe. No quise.

Los amores platónicos sólo hacen nido en el aire. Y sin embargo tú me diste suelo firme, cálido, para intentar sujetar este caos a alguna parte. No he sabido. No he querido. No se puede. Cuando me falta suelo te busco el nombre.

viernes, 27 de junio de 2014

Gorda

Tamara de Lempicka

Un día voy a encontrarle belleza al tabú que me nombra. A reconciliarme con el niño que se clavó frente a mi pupitre y desató todo el dolor de la etiqueta que no quise: gorda, dicho a los ojos con conciencia de disparo, gorda. Voy a perdonar a los tipos de acné y litrona que descalabraron mi esperanza de que alguno me bajase las bragas, porque gorda. A responder , a decir vale. Perdonar a fotógrafos, pintoras y cineastas por negarme. Al eufemismo que me brindas con amor, por negarme.

Alcanzado el vale, me lo traeré al colchón y grabaré con la cámara del móvil algún modo hermoso de tocarme. Porque, cuando sepa, sabré cómo tocarme hermoso. Quiero eso. Grabar esto, ésto, este cuerpo grande de dunas con pliegue y despliegue. Dunas para surfear a dedo. Embriagarme de carne, reconciliarme con la carne, celebrar el cuerpo que soy, encontrarme yo el placer. Mirar el vídeo. Correrme de mí. Justo un gemido después de perdonarme.



martes, 17 de junio de 2014

''Pequeña dimensión del tiempo/ es esta mujer''

Si hay algo que agradecer a los creadores de whatsapp es que me sigan guardando tu voz en breves y no tan breves notas de audio. El espacio leve que le dimos a los besos no me basta y además se confunde. ¿A qué dije que sabías?, ¿me acariciaste cómo, la cara? Durante un tiempo anduve intentándote, sin alardes de pasión sin muestras de arrebato: te había decidido así como a medias, en boceto, cargada de 'por si acasos'. Te intentaba tibia y apenas te encontré dos, tres veces. Tibia tú no, tan viva, tan despierta, tan poco callada. Tu nombre no le hace justicia a las tantas formas que tienes de ser maravillosamente rara. Una de ellas fue decidir recitarme algo sobre un amor alto y claro, tan tanto como ''Polonia invadida
Cyrano callando, un coche estrellado,
un último aliento, cosas así''.

Empezaste a acumular en la memoria interna de mi móvil notas de audio que quisiera cancionar, o no sé, ponerme en póster. Y los poemas que enviaste trampean sin vergüenza al calendario. Me dejan volver a decidirte un poco, a decidirte en dosis pequeñas, una cucharilla, gracias, de intención.

Hoy vuelvo a saborear ''el primer trago de cerveza'' y los baños del domingo, noto tu deseo en las palabras postapocalípicas de Durás y ''me matas, me das placer''. Sí, tu deseo. Tu risa delatándote, tu voz,
''las palabras
que iluminan lo oscuro,
tu voz
sin rostro,
sin límites,
estallido de Luz
tan lejanamente
cercano''.

Hemos construido una conversación de whatsapp que no cabe en ningún sitio. Un eco grande. No se tocan, los ecos, pero aún puedo jugar a imaginame Dios y hacerte exactamente Tú y entonces sí, por fin, probarte,
''a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca''.

sábado, 31 de mayo de 2014

a.m.

Me despierto porque te estrellas la mano abierta contra la cara y sin abrir los ojos dices nosequé de una hormiga que te ha mordido en un dedo, y también algo de que tengo dos hojas pegadas al pelo. Te miro a medias y se me frunce el ceño. ¿En el del oeste?, ¿nos estás soñando en el parque del oeste? A la vez que decido no preguntarte, te ríes con lengua y se te queda en el labio un rastro que brilla saliva. Como te brilla caigo en la cuenta de la persiana subida y el sol que va a ponerse a chillar a las siete, y pienso también en para quién está encendida en esta calle muerta la farola que hace que el labio te brille.

Mañana en el desayuno me aburriré mientras hablas de Chema el del curro. Te veré el amarillo dental que esta farola esconde y la barriga que a los treinta asumiste como propia. Tú tal vez me mires con ternura, porque tal vez esta noche has sido capaz de llevarnos hasta el parque, tumbarnos sobre el césped y besarnos como cuando besarnos era chaparrón y rascacielos y burbujas.

O puede que me cuentes que has soñado a otra, y reconozcas que ya no, que ya no me, y entonces, maldita adicción a lo estéril, sabes que seré capaz de convencernos del amor y retenerte en esta cama en la que ya no compartimos mas que tu parloteo onírico.

domingo, 11 de mayo de 2014

¡salud!

Cuando bebes sola,
en casa y sola–dijo-, ahí
es cuando lo notas, que no va,
que algo no va –dijo mi madre.

Así que ahora no puedo
alzar este ron cola y brindar
por la clínica en la que mamá suda frío
ni por mí
ni por el cabrón que me hace triste
(ya sé, estoy bebiendo sola hablando de un cabrón, y he dicho triste),
porque no quiero
porque la pena
me ha anidado en la costumbre.
Pero si algo vale, el tipo, es la pena.

Me convenció de lo inútil.
Miró mi trabajo y vimos la trampa
Me miró el vientre y supimos que estéril
Miró mis zapatos y noté que rotos
Se asomó a este cerebro, también, y entendí que no había nada
por entender acá adentro.
Me convenció hasta el desplome y pudimos
querernos una vez, sobre su suelo.

Pero me convenció
y ya no tuvo
argumentos para quedarse.

lunes, 21 de abril de 2014

ΟΥΤΙΣ

Casi seguro un día voy
y me muero.
Y tendría que decirte, mejor antes,
que eres el tipo más elaborado que conozco.
Qué cojones va a importarte, a ti,
que no suene romántico.
Tendría, pienso, que decirte
que no me haces feliz
y que te quiero.
Que gracias a ti descreo,
que no sé intuirte, que he cogido carrerilla hasta mirar
a la cara a los recuerdos de todo lo que no hacemos
y me gustan
y te tatuaría
en el perfil de uno de estos dedos. Por ejemplo.
Porque a lo mejor, va en serio, voy y me muero
de alguna de las formas de morirse
-por sobredosis de descreimiento o fanática o tarada o diñándola-
y me quedo sin contarte que soy
-orgullosa, triste, desorientada, desesperadamente-
la versión más acojonante que me conozco;
y que tienes suerte de serme el que eres
ahora que nadie más puede
despeinarme las tripas ni follándome en la rabia
que me tienen porque no les quiero.
Puede que esté bien que sepas
que contigo no sé qué está bien
que eres un genio
que pesas
que te daría de hostias
que te daría un hijo
que te la chuparía hasta dolernos.
Y así y no en ese orden. Por si me muero.


jueves, 6 de marzo de 2014

te dirá que ojo,
que yo no tengo nada en contra de las lesbianas,
que vamos, de la carrera,
conservo tres amigos gays,
homosexuales, me refiero.
que eso, que ella no,
vamos que,
que le gustan las,
pero que, ¿si lo fuera?
buah, seguro que contigo,
vamos que tú la primera,
sin duda,
que con ese cuerpazo
cabrona
que no engordas ni queriendo,
y que tan amigas, tía,
que ella no va a decírselo a nadie
y que perdona si alguna vez
he hecho algo que te haya confundido.

por la noche te va a desnudar
con la cabeza
y le vas a dar orgasmo o arcada,
incapaz de nada tibio,
bandera de otra opción
como si fuera una opción
serte.
en todo caso qué más da
estás en el gueto
sin rastro de ti
besando a un mamarracho con tetas.