Ya,
yo también hago
como que tú no, ¿que tú quién? Ah, la de entonces.
En realidad
no es difícil (los años hacen costumbre).
Sólo que no
eres la de entonces.
Otras veces
me dejo pensarte
en el tacto
a nuevo de todos nuestros besos,
y te pienso dedos
de uñas rojas y cuerpo de
es que nunca
he visto un cuerpo tan como el tuyo, tan.
Mira, no sé
cómo se dice.
Dame un
adjetivo que te celebre absolutamente.
Éstas cosas,
¿ves? Tú la promesa de callarte y yo
seré
ridícula
pidiéndote la
palabra para decirte.
Sigo
sintiéndote mal
pensándote
el color del pintalabios
recordándote
el olor que ya no usas
queriéndote
así, ya te lo sabes, exactamente lo insuficiente.