domingo, 4 de abril de 2010

.

Hay una parte en mí tan
totalmente terrenal,
tan de estar por casa,
tan de cualquier barrio.
Esa parte que no cambiaría nada
de las señoras cotilleando
mientras compran el pan;
esa que, encantada,
tararea canciones de Zahara
la popera. Y se sabe varias letras
de memoria.
Hay un algo en mí que se cansa
de buscarle a todo
su aquel
su más allá
su trascendencia.
Tengo una parte que disfruta
hablando de recetas,
de amores y de rupturas,
de tender la ropa.
Soy muchos ratos una de esas,
que no quiere en este instante
poesía.
Ni rimar ni ser distinta.
Ni ser distinta.

5 comentarios:

  1. Tus letras son muy, muy cercanas. Sigue escribiendo, sigue.

    Zahara, ^^. Olor a mandarinas.


    Ah, muchas gracias por pasar y por tus comentarios.

    ResponderEliminar
  2. eso me parece absolutamente fantástico!

    ResponderEliminar
  3. Huele a nuevo...como los libros del colegio cuando empieza, como a tostadas recien hechas como, cuando miras, como si no lo hubieses hecho...nuuuuncaa...

    Seh, tengo que reconocerlo: me sé unas cuantas.

    Por cierto, culpa tuya, Clara.

    Anónimo: tu comentario sí que es absolutamente fantástico! ^^

    ResponderEliminar
  4. Querida yo del pasado: escribo esto porque creo que soy la única que lee los comentarios de mi blog. Y lo escribo porque -desconozco el motivo- últimamente a la gente le ha dado por visitar esta entrada de hace casi seis años, y al releerla te he pillado.

    Te he pillado el juego críptico, ingenuo y torpón en ese último ''ni ser distinta''. Qué difícil me resultaba por entonces asimilar como propia esa etiqueta tan rara: Bisexual. Quizás todas las etiquetas son raras.

    Pero querida yo del pasado, a lo que iba: no pasa nada. Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucha importancia, ya tú sabes. Y hubo cosas importantes, y Ella fue.

    Ya está, eso quería, no dejarte tan callada.

    ResponderEliminar