Esta noche
he hablado con los muertos.
Grandes,
profundos, afilados.
Tallándome amenazas
en la panza
cosiéndome las
faltas que he faltado.
Muertos de
sangre usando nombres de árbol.
Y arrugaban con
pezuñas mi garganta
Para impedir
que me saliera el aire.
Casi me
ahogo, de dentro, incapaz de deshacerme del aire.
Toda esta
vida que yo sí pero ellos nada.
Me estaba
ahogando.
De no poder
gritarle a la muerte de mi padre.
Quiero gritar
gritarlo todo.
Mi abuela
era una vieja de doce años
¿no me
reconoces?, preguntaba.
Media melena
oscura tez morena silueta delgada
¿no me
reconoces?
¿no
reconoces a tus muertos de infarto
A tus
muertos de alcohol
de navaja
de tos
de bien mal
curado?
Esta noche
he hablado con algunos muertos largos
con algunos
muertos tiernos y con muertos que he matado.
La taza dice
Bonjour!, la puta taza.
Inflada hasta
el filo de cereales y fantasmas.
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